Hace ya casi tres años surgió Maracca. Un bonito y luminoso bar de ambiente tropical, ideal para disfrutar de un copeteo de tardeo después del curro, o para alargar hasta el infinito la sobremesa después de una buena comilona con los colegas o la familia.
Un año más tarde nos embarcamos en Piccaro. Ya que algo teníamos claro, y es que qué si estando sólo nosotros en grupo, éramos capaces de llenar y animar un local, ¿por qué no podíamos hacerlo en el nuestro propio? Teníamos un ingrediente fundamental en toda esta ilusión, y ese no era otro que vosotros, nuestros grupos de amigos que estáis leyendo esto.